A menudo las personas tienen pensamientos del tipo: me falta confianza en mi misma/o, “soy demasiado insegura/o”, “tengo miedo a fallar”. Los pensamientos negativos de des-confianza o falta de confianza en nosotros mismos, son una vocecita que se encuentra dentro de nosotros, una voz que alimentamos sin darnos cuenta, a la que comúnmente otorgamos el valor de la razón absoluta. “Si lo pienso, será que es verdad”… Cuando la vocecita se hace más fuerte y más frecuente, nos hace creer que se trata de algo de lo que no vamos a podernos deshacer nunca.

 

Qué es la confianza?

 

En Psicología Social y Sociología, la confianza es la creencia que tenemos sobre nosotros mismos de tener la capacidad para ser capaces y actuar de una manera adecuada ante una determinada situación. La confianza es la hipótesis que tenemos sobre nuestras acciones futuras. Nuestra confianza y la seguridad en nosotros van de la mano.

 

Por qué aumentar mi confianza?

 

Según el grado de confianza que tengamos en nosotros mismos variarán muchos aspectos de nuestra vida: nuestra relación con nosotros mismos, nuestra relación con los demás y nuestro rendimiento académico o laboral.

La confianza es uno de los ingredientes necesarios para tener una autoestima positiva o una buena autoestima, la cual necesitamos para alcanzar cierto grado de bienestar y tranquilidad en nuestro día a día.

 

Cómo aumentar mi confianza?

 

Hay varias técnicas para aumentar nuestra confianza. Hoy os hablaremos de una de ellas.

Técnica: Imagina que, de pronto, esta noche te vas a dormir y ocurre un milagro. A diferencia de la vida real, en la que se requiere un esfuerzo para conseguir metas, este milagro consigue darte una alta confianza en ti mismo de manera inmediata. Puesto que el milagro ha ocurrido mientras dormías, no has sido consciente de que ha ocurrido, es decir, no te has dado cuenta…

Al día siguiente, ¿cómo te darías cuenta de que ha sucedido ese milagro? ¿Qué cambiaría en ti, en tu relación con los demás, en tu día a día? Haz una lista con todo aquello que cambiaría de manera concreta, des de los más pequeños detalles. ¿Qué haría nada más levantarme por la mañana? ¿Qué cambiaría en mí dentro del trabajo? ¿Qué cambiaría en mi relación con los demás? ¿Cómo me dirigiría hacia las otras personas? ¿Qué haría en mi tiempo libre?

 

A partir de hoy, cada día escoge un punto de tu lista, sólo uno, y hazlo realidad. Actúa como si ese milagro hubiese ocurrido, y haz todo lo posible por comportarte de esa forma concreta en el día presente. Añade esa nueva actitud a tu día. Al principio se te hará “raro”, “poco natural”, es normal, habrás salido de tu “zona de confort”, es decir, a aquello que conoces (tu manera de hablar, tu manera de comportarte, lo que dejas hacer por miedo al fracaso). Pronto, ya no será “raro”, pronto será parte de tu conducta habitual. Habrás aprendido una nueva forma de conducta. Cumple un punto de tu lista cada día de la semana, durante al menos dos o tres semanas. ¿Imaginas cómo puede cambiar este “milagro” intencionado tu visión de ti, incluso cómo puede cambiar tu vida?

No ha sido un milagro, ha sido un aprendizaje que has consolidado por la repetición de la exposición a esa situaciones. Te has habituado a este nuevo comportamiento. Podemos aprender a lo largo de toda nuestra vida, sólo hay que dar el primer paso… ¿Estás preparada/o?

También podría interesarte:


Miriam Bosch
Psicóloga col. 21339
Fundadora y directora en:
CAPIA – Centre d’Atenció Psicològica Infanto-juvenil i de l’Adult
C/ Calle Caballero, 71, Local 1,  08014 Barcelona
Móv. 688 93 81 82
info@psicologiacapia.com