En estas fechas navideñas, las luces, la música, los olores, los colores de todo lo que nos rodea son estímulos que nos recuerdan especialmente, con mayor fuerza que en otros momentos del año, la ausencia de aquellas personas que hemos perdido, y vivimos el duelo en Navidad.
Fechas de duelo
Éstas suelen ser fechas difíciles de pasar desde un punto de vista emocional. Muchas veces las personas que están en duelo quieren que estos días pasen lo más rápido posible o bien que no lleguen nunca a nuestras vidas. Las personas en duelo, piensan que así el dolor de la ausencia de la persona querida no va a invadirles. Y nada más lejos de la realidad, puesto que los sentimientos forman parte de nosotros y aparecen siempre de una manera o de otra. Lo importante es saber gestionarlos para que no nos produzcan males mayores. Gestionar mejor nuestro proceso de duelo.
La tristeza es uno de estos sentimientos que suele ir y venir en el tiempo, y no está sometida a fechas en el calendario, aunque sí es cierto que todos tenemos días más señalados y que de alguna manera han supuesto, en algún momento de nuestras vidas un día cargado de rituales. Por ejemplo un cumpleaños, un aniversario de bodas, el día de reyes…
Así pues, los rituales durante los procesos de duelo son también los protagonistas en estas fechas.
Rituales y duelo
En el duelo no hay reglas ni normas, ni una sola manera de hacer las cosas, puesto que todos somos diferentes y nuestra historia y circunstancias personales son únicas. Escuchar nuestros sentimientos y necesidades suele ser una buena forma de entender lo que nos pasa, y así responder a lo que nos va a hacer sentir mejor. En este sentido, hay personas en duelo que deciden seguir celebrando estas fiestas de la misma manera a cómo lo hicieron siempre. Otros, rompen radicalmente con toda celebración y otros cambian sus rituales transformándolos a sus nuevas circunstancias. Es, probablemente, esta última opción la más sana para vivir el proceso de duelo de una forma realista y seguir en el camino de una experiencia personal, que sin duda marca nuestras vidas y, en muchas ocasiones, cambia nuestros valores, transformándonos en personas con una mayor riqueza humana.
No olvidemos que una persona puede no estar con nosotros pero nuestra mirada la va a mantener viva hasta el fin de nuestros días.
Psicóloga Sandra Celeiro
Colegiada 13610
El duelo es un proceso, no un estado.- Anne Grant.
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