En población infantil, la fobia a la oscuridad (miedo intenso a la oscuridad) es el miedo más frecuente, situado en torno al 2 por 100 de los niños españoles.
No es extraño que los niños manifiesten ansiedad en el momento de ir a dormir a causa de sus temores. Conforme el niño crece, alrededor de los 4 y los 6 años, se produce por primera vez el miedo a la oscuridad. Llegados a los 8-9 años, este miedo debe disminuir, sin embargo, en algunos casos persiste y deja de considerarse un miedo evolutivo, dando lugar a la fobia a la oscuridad.
Habitualmente la fobia a la oscuridad se identifica por una situación similar a la siguiente:
Llega la hora de dormir y mi hijo se resiste, recurre a rabietas y lloros. Esta conducta retrasa la hora de irse a dormir y disminuye el tiempo de descanso de todos. Se despierta a media noche llamándonos y viniendo a dormir a nuestro dormitorio. Reclama constantemente nuestra atención. No sólo se comporta de esta manera con la hora de ir a dormir, hay otras situaciones en las que nos necesita para sentirse seguro.
Es habitual que los niños que presentan miedo a dormir solos, es decir, sufren una fobia a la oscuridad, presenten paralelamente otros miedos o fobias específicas, como: miedo a hablar delante de toda la clase, miedo a que la profesora le pregunte, miedo ante situaciones que son nuevas, etc.
Origen y mantenimiento del miedo a dormir solo y miedo a la oscuridad
Existen varios factures que ayudan a que se inicie y se mantenga la fobia a la oscuridad:
Cuando nuestro hijo ha sufrido alguna pesadilla y hemos ido a atenderle a su habitación, encendiendo la luz y calmando su ansiedad a mitad de la noche, nuestro hijo asocia la luz con la seguridad que le transmite su madre o padre (asociación luz-madre/padre-seguridad). En consecuencia, relaciona la oscuridad con el miedo que le producen las pesadillas (oscuridad-pesadillas-miedo).
Por otro lado, la observación del niño de películas y la transmisión, a través de lecturas, de acontecimientos negativos (robos, abandonos, asesinatos, etc.) fomenta el temor a permanecer en la oscuridad. Permanecer en la oscuridad significa estar solo y carecer de control sobre su entorno, dado a que no puede utilizar el canal de información visual.
Por último, cuando nuestro hijo manifiesta miedo obtiene la atención plena de sus padres, los cuales le acarician, le animan, le besan. Este cuidado y cercanía se transforma en una ganancia que tiene el pequeño a la hora de demostrar sus miedos.
Malestar y fobia a la oscuridad
Como cualquier fobia específica, la oscuridad puede interferir en diversas áreas de funcionamiento del niño. Puede obstaculizar su funcionamiento familiar (discusiones), social (miedo y vergüenza a ir a dormir a casa de amigos), escolar (insuficiente descanso interfiere el estudio) y personal (encadenamiento de nuevos miedos e inseguridades y autoestima afectada).
A nivel familiar, la hora de irse a dormir puede convertirse en una “batalla”, puede contagiar el miedo a otros hermanos, y puede interferir en su desarrollo autónomo, ya que el niño insiste en dormir en la cama de los padres.
Los trastornos infantiles representan la aparición de otros problemas en la adolescencia y la edad adulta.
Tratamiento de la fobia a la oscuridad
La eficacia de los tratamientos psicológicos para la fobia a la oscuridad en niños es muy elevada. La terapia de conducta consiste en la exposición del niño en vivo o en imaginación a situaciones temidas (de manera gradual), con el objetivo de extinguir la respuesta fóbica adquirida. El psicólogo enseña al niño a inhibir la respuesta de ansiedad en el momento fóbico, cambiando su conducta de evitación por una conducta de afrontamiento activo a su miedo. Se trata de que el niño aprenda a provocar sentimientos de auto-afirmación, orgullo, afecto y alegría, consiguiendo una mejoría clínica. La terapia cognitiva consistirá en que el niño aprenda a darse auto-instrucciones de competencia.
Para el tratamiento de la fobia a la oscuridad también se utiliza el efecto del aprendizaje social. El psicólogo convierte a los padres en co-terapeutas y modelos de comportamiento para su hijo.
Si quieres que tu hijo trabaje su fobia a la oscuridad u otros miedos y fobias específicas, puedes ponerte en contacto con nosotros y te pondremos en manos de un psicólogo experto en tratamiento de fobias infantiles. CONTACTO.
Psicóloga col. 21339
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