Dime a qué sistemas relacionales perteneces y te diré quién eres

Desde la perspectiva sistémica los terapeutas trabajan a partir de hipótesis relacionales de los pacientes que acuden a terapia y de sus sistemas relacionales más significativos, la familia, los grupos de amigos, compañeros de trabajo,…

Desde un punto de vista relacional, la personalidad está conformada por cuatro áreas:

  • Narrativa: entendida como la atribución de significado que le damos a nuestras experiencias relacionales, a nivel emocional atribuyendo sentimientos a las relaciones que mantenemos a lo largo de la vida, a nivel cognitivo que nos ayuda a estructurar las historias que narramos y a darles significado y a nivel conductual, el hacer relacional del día a día.
  • Identidad: donde se eligen algunas de las narraciones que vamos construyendo al largo de nuestra vida y las hacemos definitorias de nosotros mismos, de cómo somos, de cómo actuamos, de cómo sentimos,… haciendo que muy a menudo pensemos “soy así, pienso así, actúo así, siento así porque ésta es mi identidad y es imposible que cambie”. Pero es necesario recordar que esto no es necesariamente así, ya que dependerá de las narraciones que escojamos como definitorias de la visión que crearemos de nosotros mismos.
  • Organización: es la estructura de las cuatro dimensiones y por tanto es también la estructura de los sistemas relacionales en los que pertenecemos. Sus propiedades son la cohesión, que hace referencia al nivel emocional del sistema (el cuidado, el afecto,…), la adaptabilidad, que hace referencia al nivel cognitivo (el pensar del grupo) y la jerarquía, que hace referencia al nivel conductual (el hacer, las conductas que se dan en el grupo).
  • Mitología: es el conjunto de las narrativas del grupo, ya sea grupo familiar, de amigos, de pareja,… es decir, la confluencia de las narrativas de diferentes personas para crear narrativas conjuntas. Se podrían definir como los valores, creencias y rituales de los sistemas relacionales.

Relaciones familiares: Nutrición emocional

Desde el modelo relacional, se considera que la personalidad individual de cada persona se forja en los sistemas relacionales significativos y de pertinencia, como son la familia de origen (padres, hermanos), la familia extensa (abuelos, tíos, primos), grupo de amigos,…

Estando en primera posición la familia de origen, donde se dan los factores de maduración psicológica de cada persona, que vendrá también definida por la nutrición emocional, es decir, la atmósfera relacional que se da en la familia y que se basa en 3 componentes:

  • Pensar amoroso: reconocimiento y valoración vs. Desconfirmación y descalificación: es la aceptación de la existencia del otro y apreciar las cualidades del otro aunque sean diferentes a las propias
  • Sentir amoroso: aceptación y ternura vs. Rechazo y desapego: es la entrega y la disponibilidad para el otro (padres-hijos)
  • Hacer amoroso: sociabilización, protección y normatividad vs. hiposociabilización, desprotección y hipernormatividad: hace referencia a la tarea de los padres de abrir camino a los hijos a una buena sociabilización, utilizando la protección (de los hijos) enfrente a posibles “amenazas” externas y la normatividad donde se enseña a los hijos a respetar a la sociedad.

Bibliografía:

También podría interesarte:


Emma Ribera
Colaboradora de CAPIA

CAPIA – Centre d’Atenció Psicològica Infanto-juvenil i de l’Adult
C/ Calle Caballero, 71, Local 1,  08014 Barcelona Móv. 688 93 81 82
info@psicologiacapia.com