Ser humano es tener defectos

Seguramente el título de este post te haya hecho pensar en lo poco que priorizas celebrar tus imperfecciones. Quizá te hayas planteado: ¿Por qué debo hacerlo? ¿Acaso quiero hacer las cosas mal? Vamos a resolver todas estas dudas a lo largo de este mini artículo en el que pretendo hacerte pensar sobre el gran poder de las imperfecciones.

Muchas personas acuden a psicoterapia atormentados por sus errores, sus imperfecciones y sus defectos. En ocasiones lo asociamos solo a errores en lo laboral o académico: “Cuando mi jefa se entere de que he fallado en esto me va a caer una buena…”, “debería haber recordado cómo hacerlo correctamente, ¿cómo he podido olvidarlo?”, “voy a suspender y será terrible…voy a fallar”.

En otras ocasiones estos pensamientos también los generalizamos a otros aspectos de nuestra vida, como por ejemplo el área social: “Haré el ridículo delante de todos”, “he dicho algo estúpido y se han dado cuenta”, “no sé decir nada interesante, aburro a los demás”.

Puede ser realmente estresante vivir en la búsqueda de la perfección, lo cual nos aleja de una vida sana y calmada. Si sabemos que no es saludable hablarnos mal cuando cometemos un error, ¿por qué lo hacemos?

Cuál es la definición de perfecto en realidad

Una imperfección, según el diccionario, es un «pequeño error o defecto que impide que una cosa o una persona sea perfecta». Las imperfecciones nos generan malestar, frustración e incluso estrés y ansiedad. No queremos fallar, como así no queremos ser no – perfectos. Por no ser imperfectos nos presionamos, autoexigimos y castigamos. ¿Crees que esto te ayuda a ser más perfecto? No, te ayuda a ser más infeliz.

El ser humano, como las máquinas, es imperfecto. En la base de nuestro aprendizaje está la imperfección, el error. No podemos aprender, como así no podemos ser cada vez más “perfectos”, si no aceptamos que en ese camino estará el error y los defectos. 

¿Imaginas a una persona que jamás se equivoque? Incluso cuando algo ya lo hemos aprendido, ¿creemos que es realista pensar que siempre lo recordaremos y aplicaremos perfectamente? Efectivamente, no es posible. Todos nos equivocamos constantemente, y ello no significa que seamos despreocupados o irresponsables. Esta es la creencia errónea e irracional que no te permite darte permiso al error.

4 consejos que te ayudarán a celebrar tus imperfecciones

Empieza a ver tus defectos de otra manera

Deja de ver los defectos como fracasos y pasa a verlos como oportunidades. Cada error es una oportunidad de crecer, desarrollarte y mejorar. El defecto te permite ser mejor cada día. Pero, ¡cuidado!, no solo por cometer un error vas a poder desarrollarte y ser mejor. La única manera de crecer con el error es hacer una buena lectura de la imperfección. Si en tu lectura dejás atrás la rabia hacia ti mismo, y las frases de autoexigencia, podrás crecer.

Tu lectura del error tendrá que pasar de “Soy idiota, ¿cómo he podido fallar en esto?”, a una frase como “me siento frustrado por haberme equivocado, pese a eso he podido aprender que es necesario comprobar mis cuentas dos veces, y no quedarme con una sola comprobación”, o “ojalá hubiese recordado bien la hora a la que tenía que llegar, pese a eso he aprendido que podría ser de gran ayuda tener un calendario con avisos en el móvil”.

Cuídate a ti mismo

Dedícate tiempo de calidad y busca realizar actividades agradables a diario. Cuidarte es un hábito saludable que te ayudará a aprender a hablarte de manera más respetuosa y calmada. Bajar las revoluciones del día a día, y las exigencias infinitas, es el primer paso para que tengas tiempo de tomar consciencia de cómo te hablas a lo largo del día. Si dispones de ese tiempo de reflexión, podrás acceder a tus pensamientos negativos cuando cometes un error, pudiendo cambiar tu lenguaje a tiempo.

Recuerda que tus pensamientos son sólo pensamientos

El ser humano piensa 24 horas al día, 7 días a la semana. En esos pensamientos hay lenguaje e imágenes. ¿Son todos esos pensamientos reales y acertados? Un rotundo no. Nos equivocamos constantemente. Sacamos conclusiones erróneas, muchas veces como fruto de nuestra propia autoexigencia. Es por ello que es muy importante no darle valor a todo lo que pensamos. Mucho menos si esos pensamientos nos generan un malestar exagerado. Detrás de una emoción negativa muy intensa hay un pensamiento negativo muy desacertado.

Deja de ser autocrítico

Cambia la autocrítica por la reflexión. Que los pensamientos no solo se centren en ti (lo que has hecho mal) y se centren más en la situación (los recursos de los que dispongo, la información que tengo, qué ayuda necesito para que la próxima ocasión me sea más fácil recordar la manera “correcta” de hacerlo). 

Una persona auténtica es una persona que acepta sus imperfecciones, valora cada día sus pequeños logros y celebra sus imperfecciones como paso necesario para el desarrollo personal.

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Miriam Bosch
Fundadora y directora de CAPIA

CAPIA – Centre d’Atenció Psicològica Infanto-juvenil i de l’Adult
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