¿Alguna vez has pensado que has tenido demasiados problemas en tu vida? Quizá problemas en el trabajo, problemas en los estudios, problemas con la familia, problemas con los amigos, problemas en el amor… Hay quienes se han visto expuestos a más situaciones adversas, es decir, a más problemas, que otras personas, lo cual les hace sentir mal, desdichados, desafortunados. Pero, ¿es eso cierto? Leamos una metáfora sobre la adversidad

 

Problemas para cruzar el río: La fábula de los caballos

«Conducía un arriero dos caballos. El uno, cargado de esponjas, caminaba ligero. El otro, cargado con sacos de sal, caminaba con más dificultad. Anda que te andarás, por sendas y vericuetos, llegaron al vado de un río. El arriero les empujó para que atravesaran el vado. El caballo de las esponjas entró confiado en el río con ánimo de atravesarlo. El caballo de la sal, por el contrario, tuvo sus titubeos antes de atreverse e incluso tropezó más de una vez y tuvo que levantarse antes de proseguir la travesía.

A medida que se iban zambulleando en el agua, empapáronse las esponjas y se hicieron tan pesadas, que el caballo que las llevaba no pudo alcanzar la otra orilla y tuvo que ser auxiliado por el arriero y otros vecinos para no perecer ahogados. Mientras tanto, a trancas y barrancas, cruzaba el caballo de los sacos de sal, y con tanta dificultad lo hacía, tanto tiempo consumía y tanta agua tomó, que la sal tuvo tiempo de disolverse y el corcel se vio aliviado de la pesada carga y pudo alcanzar la otra orilla por su propio pie.»

 

Si hay un problema, hay una solución

 

Los problemas son parte de la vida. Donde hay un problema, hay una solución, y eso es algo que sobretodo aprenden aquellas personas que han experimentado muchas adversidades. Las adversidades, los problemas en la vida, el estrés, la ansiedad, nos curte como personas, nos enseña a desarrollar recursos de afrontamiento.

El caballo que carga con esponjas, al enfrentarse a una adversidad, tiene más probabilidad de no saber cómo gestionarla. En cambio, aquel corcel que carga con sacos de sal, es decir, aquella persona que carga con varios problemas a lo largo de su vida, o en la actualidad, es un corcel / una persona capaz de enfrentar un problema como una ocasión para el ejercicio de las capacidades personales y de la fortaleza personal.

La vida no es siempre «del color de rosas», los problemas son parte de nuestro día a día, y poder ofrecer un valor positivo a la adversidad nos ayuda a crecer como personas y nos ofrece la capacidad de adaptarnos a nuestro ambiente.

La vida no es un problema a ser resuelto, sino una realidad a experimentar. – Soren Kierkegaard.


Miriam Bosch
Psicóloga col. 21339
Fundadora y directora en:
CAPIA – Centre d’Atenció Psicològica Infanto-juvenil i de l’Adult
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